Mis canas Mi vida salvaje

Dice mi mamá que nací con una cana, por lo que mi relación con el pelo plateado no ha sido cosa de apenas unos años, nací con ello. El responsable de ello es mi papá, quien a sus 18 años ya era canoso.

Mi relación con el pelo blanco ha sido como una telenovela. He pasado del odio al amor, del rechazo a la aceptación, de la falsedad a la verdad. Muchas mujeres me han preguntado cómo fue que decidí dejar mis canas, así que dedico este blog a todas y cada una de ellas no con la finalidad de convencerlas o de convertirlas, no. El propósito de estas palabras es compartir un proceso que me tomó más de una década.

De sexy a “fodonga”

Mis canas comenzaron a manifestarse en masa cuando tenía unos 28 años, justo antes de irme a Sudáfrica. Al llegar allá, mis amigos consideraban mis rayos plateados sexis, hasta que un año después, fui llevada a un salón de belleza por una persona que insistió en que me pintara las canas. Para ella, como a la mayoría de la sociedad, mi look ya no era sexy, era de una mujer desarreglada y descuidada. Lo triste es que caí en el juego y comencé a sentirme fea, “fodonga” y “vieja”.

 

Antes y después

En la foto central, tengo 28 años y estoy a unas cuantas horas de volar a Sudáfrica. En ese entonces tenía algunas canas, pero casi imperceptibles. Hoy, a mis 45, no me siento ni vieja, ni fodonga.

En la foto central, tengo 28 años y estoy a unas cuantas horas de volar a Sudáfrica.

En ese entonces tenía algunas canas, pero casi imperceptibles. Hoy, a mis 45, no me siento ni vieja, ni “fodonga”.

 

A partir de ese momento comenzaron visitas al salón de belleza constantes, en donde además de invertir horas – un día estuve seis horas sentada, con un ardor tremendo en mi cabeza porque no agarraba bien el tinte – invertí una enorme cantidad de dinero.

Todas esas veces, me encargué de decirle a mi papá lo mucho que odiaba las canas y el dineral que estaba gastando en pintarlas. “Me debes una lana”, decía cada vez que me sometía a este proceso químico. Hoy que pienso en doce años de reclamos constantes hacia él, le aplaudo su paciencia. Ya le he pedido perdón por ello y ahora, le agradezco que haya puesto en mí un toque especial y diferente.

¿Y la congruencia?

En la primera foto que ven a continuación, mi pelo está recién teñido. El día anterior a esta fotografía, corrí al supermercado para comprarme un tinte de caja y pintarme el pelo porque iba a ser grabada bajo el agua para la serie de National Geographic, One Strange Rock.

“¿Cómo voy a salir con canas en televisión?”, pensé.

Lo peor de esta historia, es que ese día me sumergí durante varias horas en MUSA, el Museo Subacuático de Arte en Cancún, para hablar de arrecifes y corales. Las horas que estuve sumergida, estuve contaminando con químicos a todos los corales que se han formado en las esculturas.

 

Transición a las canas

En la primera foto, de izquierda a derecha, con tinte para “aparecer bien” en One Strange Rock. Segunda foto, comenzando a dejar mis canas. Tercera foto, hoy, a mis 45 años, con todas mis canas.

En la primera foto, de izquierda a derecha, con tinte para “aparecer bien” en One Strange Rock.

Segunda foto, comenzando a dejar mis canas. Tercera foto, hoy, a mis 45 años, con todas mis canas.

 

Dos semanas después, esas canas con tinte perdieron color y al mirarme al espejo me cuestioné. ¿Cómo es posible que quiero cuidar al medio ambiente, que doy conferencias en las escuelas para inspirar a las futuras generaciones a cuidar al Planeta mientras cada dos semanas estoy generando una tremenda cantidad de basura, contamino el manto acuífero y a la vida marina?

Se acabó, ¡no más tintes!

Pueden ver mi participación en One Strange Rock, serie en Disney+, aquí.

(Noten mi pelo sin una sola cana y luego buceando entre estas esculturas cubiertas con corales,

a las que estoy convencida de  haber contaminado) 

Durante 10 años, deseché aproximadamente:

480 guantes de plástico.
240 cajas de cartón plastificado.
240 tubos de metal con tinte.
240 envases de plástico con peróxido.
240 botellitas de enjuage post tinte.

 

Congruencia

Como defensora de la vida en este Planeta, me dediqué a limpiar playas con y sin voluntarios. Ahora sí, cada vez, me sentía congruente con mis palabras y mis acciones.

Como defensora de la vida en este Planeta, me dediqué a limpiar playas con y sin voluntarios.

Ahora sí, cada vez, me sentía congruente con mis palabras y mis acciones.

 

Y eso no es todo, estoy segura que invertí más de $14,400 pesos en esconder mis canas durante 12 años. Es un cálculo que hice suponiendo que cada dos semanas gasté $60 pesos en tinte de caja, lo cual es erróneo. No estoy considerando el dineral que invertí en salones de belleza (mínimo $1,200 pesos por visita). ¿Y saben qué pude haber hecho con ese dinero? ¡Ir a ver las auroras boreales!

Con ustedes… ¡la sociedad!

Ya he mencionado esta anécdota antes, que la verdad no sé si sea anécdota, más bien es un insulto. Lo considero un insulto porque fue un consejo no pedido, de un primo hermano que hice público hace un par de años, justamente para poner un alto a este tipo de comentarios destructivos. ¡Y peor aún cuando vienen de la familia! Sus palabras fueron:

“Te voy a decir algo como hombre, no como tu primo… con esas canas pareces mi mamá, a ningún hombre le gustan las canas, así no vas a encontrar novio”.

 

Silverfox

Así no voy a encontrar novio, dijo él… podría analizar esta frase profundamente, pero enfoquémonos en las canas, ¿les parece?

Bien, mi análisis y pregunta abierta a ustedes, queridos lectores, es: ¿por qué los hombres con canas son sexy, los llaman “silver fox” y nosotras, no? ¿Por qué una mujer es reprobada socialmente por ser como es? ¿Por qué nos empeñamos en contaminar a nuestro entorno? Y no me refiero a la basura, no, me refiero a esa contaminación del alma, del autoestima. ¿Por qué hacemos tanto daño a quienes nos rodean exigiendo estándares de belleza absurdos? Sigo sin encontrar respuesta a estas preguntas…

Y las etiquetas siguieron desfilando, de ser una mujer “desarreglada” y “vieja”, mi sexualidad fue cuestionada cuando tuve el “descaro” de cortarme el pelo chiquito con el único fin de deshacerme del tinte y de mi pelo tricolor. Esta vez, fue una sobrina la que me hizo el comentario.

 

Pelo corto

Para deshacerme del tinte y hacer más sencilla mi transición a las canas, me corté el pelo chiquito.

Para deshacerme del tinte y hacer más sencilla mi transición a las canas, me corté el pelo chiquito.

Así soy

Hace 5 años tomé la decisión más atinada de mi vida, y no me arrepiento. Superé las pruebas más difíciles y todas, pruebas de la sociedad. Hoy, no paso inadvertida. Los bebés me miran con sonrisas de oreja a oreja cuando camino por la calle, la gente me encuentra fácilmente y, a veces, me han detenido en la calle para preguntarme si mi pelo es natural.

Encontrar o no novio, no es el punto de mi decisión, el punto de mi decisión es una demostración obvia y clara del amor que siento por mi herencia, del amor que siento por mis padres, del amor que siento por la vida y del amor que siento por mí misma. Así de sencillo. Ya basta de criticarnos, de auto castigarnos, de ser tan, pero tan exigentes y crueles con nosotros mismos. Somos capaces de llenar a nuestro cuerpo de tóxicos con tal de ser aprobados, cuando no debería de ser así, ¡nuestro cuerpo es un templo!

¡Tragos gratis!

Lo más divertido de todo lo que me ha pasado desde que me dejé las canas, fue un Día de las Madres en Playa del Carmen. Mi amiga Daniela, una extraordinaria chef, me invitó a celebrar a su mamá en un restaurante. Éramos 5 mujeres en la mesa, dos de ellas, mamás. El mesero se aproximó a nosotras y depositó un cocktail delicioso frente a la mamá de Daniela. Luego, pasó a depositar otro cocktail a la otra mamá, y, finalmente, depositó otra copa frente a mí. Todas me miraron con asombro incómodo. Al retirarse el mesero, solté mis carcajadas, invitando a que el resto hiciera lo mismo. Con risas les dije: “¿ven? ¿ya ven por qué conviene dejarse las canas?” ¡Salud!

10 Comentarios

  • Hola Karla.
    Tu eres una mujer muy hermosa por dentro y por fuera. Las canas van o no van dependiendo de la percha. De la guapeza de la dama que las porte. Su andar erguido y seguridad pueden más que cualquier jovensuela en el ojo del caballero adecuado.

    • ¡Hola, José Gerardo! Muchas, muchas gracias por tus bellísimas palabras, ¡abrazos con mucho cariño!

    • ¡Hermana adorada! Muchas gracias, te tocó todo este proceso, fuiste testigo desde el día 1. ¡Te adoro!

  • Karla, con mucho gusto leí todo lo que nos compartiste. Si Mai no recuerdo desde la Universidad.e empezaron a salir canas, poco a poco el color de mi cabello fue cambiando…
    Hoy en día a mis 49 años, tengo más cabello blanco que negro, y aunque alguna vez intenté cubrir las canas definitivamente no es algo que pueda hacer cada dos semanas, es una locura….

    Gracias por compartir tu experiencia.

    Saludos!

    • Gabriel querido, qué gusto leerte. Qué lindo que ya aceptaste tus canas, mi papá llegó a pintarse también, pero un día finalmente dejó de hacerlo y se ven increíbles sus canas. ¡Saludos!

  • Mi querida y hermosa amiga Kar! No sabes lo mucho que te admiro por esta decisión, eres bella por dentro y por fuera. Te amoro! MONY

    • ¡Amiga de mi alma! ¡Y yo te amoro a tí! Te extraño un montón también. ¡Gracias por tus lindas palabras y por tomarte el tiempo de leer este blog! TQM

  • Me encanta tu cabello !!!

    • LuzMa queridísima, ¡muchísimas gracias! Te mando muchísimos abrazos.

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